Las bacterias son microorganismos omnipresentes, desde los océanos más profundos hasta las montañas más altas e incluso dentro de nuestros intestinos. Son unicelulares, lo que significa que están formadas por una sola célula (para tener una idea de la escala de esto ¡hay unas 37 billones de células en el cuerpo humano!).
No todas las bacterias son dañinas, pero las que lo son con frecuencia se vuelven difíciles de controlar y pueden ser peligrosas para los seres humanos y los animales.
Las infecciones bacterianas pueden ser especialmente prevalentes en la producción animal intensiva. Ocurren cuando las bacterias patógenas en el cuerpo del animal aumentan en número, pudiendo causar síntomas como vómitos, fiebre, diarrea o incluso la muerte.
Las formas más comunes en que estas bacterias entran al cuerpo son a través de la boca, los ojos, la nariz o de heridas que rompen la barrera de la piel. Las infecciones pueden propagarse y transmitirse a otros animales y a los seres humanos.
Como existe una enorme diversidad de especies bacterianas, también hay múltiples manifestaciones clínicas asociadas a algunas de ellas; dos de los bacterias patógenas más relevantes en los animales son Escherichia coli y Salmonella spp.
La forma más habitual de tratar estas enfermedades es el uso de antibióticos, lo que conlleva un gran problema en la actualidad: la resistencia antimicrobiana (RAM).
Afortunadamente, existen alternativas al uso excesivo de antibióticos y una de ellas son los bacteriófagos. Los bacteriófagos son virus que son depredadores naturales de las bacterias, y también se pueden encontrar en la naturaleza. En PhageLab® tenemos productos en base a bacteriófagos para la industria de la producción animal intensiva, para controlar tanto la Escherichia coli como la Salmonella spp.
Para saber más sobre lo que hacemos, explora nuestro sitio web.
PhageLab® está registrada como marca comercial en Chile, Brasil, Perú, México, Europa y Reino Unido.
